ENEMIGO PÚBLICO ¿CÓMO CONTRARRESTARLO?

Resumen
El documento presenta un panorama general frente al grupo armado organizado del ELN y su impacto actual en la región nororiental del país. Se plantea un pequeño repaso histórico sobre su origen, se presta especial atención a su accionar delictivo en los departamentos fronterizos de Arauca y Norte de Santander, se desglosan los impactos sobre la población civil, así como algunas estrategias para buscar una solución que abarque más allá del componente militar.
Palabras clave: ELN, violencia, guerrilla binacional, Arauca, Norte de Santander.

Perspectiva histórica del ELN
Se puede rastrear el surgimiento de una organización subversiva en los años sesenta del siglo pasado, caracterizado por una fuerte influencia ideológica, en la cual convivían una lectura subjetiva del marxismo-leninismo junto con la teología de la liberación, que tuvo como catalizador regional la revolución cubana (1953-1959) y como acto fundacional la toma a Simacota, Santander (1965). (InSight Crime, 2021)
Pese a sus momentos de auge y declive durante los primeros años de surgimiento, en la década de los ochenta lograron establecer dos factores claves, métodos de financiación y espacios de movilidad estratégica. En primer lugar, el secuestro fue el mecanismo idóneo para obtener ingresos que permitieran mantener el grupo armado organizado; pero con la llegada de multinacionales
petrolíferas al país es cuando logran posicionarse económicamente en virtud de la extorsión a este gremio. (InSight Crime, 2021) En segundo lugar, empiezan a darse las primeras incursiones a territorio venezolano, los cuales empiezan a cimentar lo que hoy es un hecho, la consolidación de una guerrilla binacional con presencia en 9 departamentos colombianos y 12 estados venezolanos. (IEGAP, 2021, pág. 209) (InSight Crime, 2021, párr. 23-26)
Quizá el mayor auge se da en la década de los noventa, cuando este grupo armado organizado logra conformar un pie de fuerza aproximado a 5.000 combatientes, sumado a unas grandes bases urbanas de simpatizantes en sectores estudiantiles, sindicales y políticos. Las cuales se vieron reducidas debido a las confrontaciones con otros GAO en el país, así como producto del accionar de las Fuerzas Militares. (InSight Crime, 2021, párr. 23-26) Como consecuencia de esta situación, empezaron a perder el control e influencia en varias zonas del país que consideraban como “suyas”.
Han sido varios los momentos en los cuales este GAO se ha sentado a negociar con el Estado colombiano, infortunadamente las conversaciones siempre han fracasado, la última de ellas, tras el atentado cometido en la Escuela de Cadetes ‘General Santander’ de la Policía Nacional en 2019 que ocasionó 22 muertes y más de 80 heridos. (InSight Crime, 2021, párr. 15) Con el paso de los años esta estructura delictiva perdió cohesión interna debido a pugnas internas, haciendo que algunas facciones actúen de forma más autónoma y criminal; dejando de lado su carácter ideológico, así como incursionando en las cadenas de cultivo, producción y distribución de la droga. (InSight Crime, 2021, párr. 16) (Llorente y Garzón, 2020, pág. 23)
La diversificación de sus fuentes de financiación en temas como la minería ilegal, a través de la extorsión y del cobro de cuotas; y el contrabando, debido al cierre de la frontera con Venezuela, así como en el narcotráfico, al tener presencia en el 70% de los municipios con mayor número de hectáreas cultivadas de coca, ha permitido que amplíe su margen de influencia en el país. (Llorente y Garzón, 2020, págs. 23-24-25)
¿Qué está pasando en la zona fronteriza?
Arauca y Norte de Santander son los departamentos fronterizos con Venezuela que tienen mayor nivel de afectación humanitaria y donde se ejecutan más acciones violentas por el ELN y diversos GAO y GAO-r por el control de zonas estratégicas para la movilidad y sobre el cultivo de coca, así como de sus rutas de tráfico.
Durante el mes de enero del 2022 se vio un hecho que evidencia lo complejo que está ocurriendo en los territorios, por un lado, la exacerbación de enfrentamientos entre disidencias de las Farc y miembros del ELN, sumada a la participación del Clan del Golfo, dejando muerte y dolor en Arauca. Por otro lado, se resalta que “mientras el presidente Duque asistía a un consejo de seguridad en el departamento de Arauca, debido a la situación de seguridad, el ELN patrulló por una zona del municipio de Arauquita, a un poco más de una hora de distancia donde el mandatario se encontraba. Demostrando así, su poder en las regiones” (InSigth Crime, 2022, párr. 17-19).
Situación similar se evidencia en Norte de Santander, donde el ELN abiertamente patrulló las calles de varias ciudades, bloqueó carreteras y detonó vehículos, además de dejar artefactos explosivos sospechosos. Especial atención cobra la subregión del Catatumbo, en la que confluyen tres dinámicas trascendentales que aumentan los niveles de violencia: disputas y fragmentación de los GAO; presión e influencia de la crisis migratoria venezolana; deterioro de la seguridad con altos impactos humanitarios que llegan hasta Cúcuta (FIP, 2020, párr. 3).
Impactos sobre la población civil
De acuerdo con Fundación Ideas para la Paz (2020), basada en las cifras establecidas por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU en Colombia, el ELN fue responsable de delitos como desplazamiento forzado, reclutamiento de menores, instalación de minas antipersonal, y confinamiento de comunidades.
Frente al desplazamiento forzado se registró un aumento del 132% frente al 2018, siendo Norte de Santander, Chocó y Antioquia los principales departamentos afectados. (Llorente y Garzón, 2020, pág.26). En lo que respecta al reclutamiento de menores, se destaca que los jóvenes entre los 14 y 17 años en las zonas fronterizas son los más afectados, principalmente migrantes venezolanos y miembros de comunidades indígenas (Llorente y Garzón, 2020, págs. 26-27). Asimismo, cuando se menciona la instalación de minas antipersonal, se sugiere que obedece a una estrategia centrada en la protección de campamentos y zonas de movilidad frente a las operaciones que efectúan las Fuerzas Militares (Llorente y Garzón, 2020, pág. 27). el ELN cerco y ataco una población con minas El confinamiento de comunidades presentó un aumento del 63% entre enero y octubre de 2019, dejando a por lo menos 21.500 personas afectadas, tras no poder salir a abastecerse o a sus lugares de trabajo. (Llorente y Garzón, 2020, pág. 28).
La conmoción internacional suscitada por los hechos en Europa del este quizá le restó trascendencia mediática a lo ocurrido en los últimos días en el territorio nacional. El ELN decretó un “paro armado” que duró tres días e impactó de forma directa en la población civil. Este tipo de ataque está orientado no solo a ejercer una presión al gobierno, sino a bloquear el transporte y comercio en el país. (Rozo, 2022, párr. 3)
Según la perspectiva de la Fundación Paz y Reconciliación, hubo 39 hechos delictivos que generaron zozobra; mientras que Indepaz relaciona 65 acciones realizadas por dicho GAO en ese lapso de tiempo (El Nuevo Siglo, 2022, párr. 4). Se resaltan hechos como: incineración de vehículos, ataque a infraestructura crítica del Estado, hostigamientos a guarniciones militares y policiales, así como retenes ilegales y amenazas.
Ante este panorama, el Ministro de Defensa, planteó una perspectiva divergente, según la cual, “se logró contener la amenaza gracias a la movilización de 240 mil uniformados, hubo importantes capturas, decomiso de armas, se recuperó la movilidad en vías bloqueadas y se instaló un puente militar en tiempo récord que reactivó el paso por la troncal Caribe” (El Nuevo Siglo, 2022, párr. 5). Más allá de las diversas lecturas que se puedan dar a los hechos resaltados, es innegable que el ELN se constituye en la actualidad como la fuente principal de peligro para la población civil y la seguridad del país.
¿Se puede contener esta amenaza?
Según InSight Crime, el ELN ocupa el primer puesto entre los diez principales grupos criminales de América Latina, incluso por encima del Primer Comando de la Capital (PCC) de Brasil; o del Cartel de Sinaloa y del Cartel Jalisco Nueva Generación, ambos de México. (2020, párr. 3) Hubo diez variables o indicadores que se tuvieron en cuenta al momento de realizar dicho análisis, éstas son: estructura; liderazgo central; identidad; poderío económico; penetración del Estado; ejercicio de la violencia; capacidad militar; alianzas criminales; influencia territorial; y longevidad.
Desde la perspectiva de dicho análisis, existen diversas razones que permiten considerar al ELN como el enemigo público número uno de la región. A continuación, se resaltarán las tres principales. Primero, su fuerte estructura político-militar, que pese haber sido casi aniquilada en varias ocasiones, ha encontrado la forma de adaptar su estructura y resiliencia a la ofensiva estatal durante más de 50 años. (InSigth Crime, 2020, párr. 6) Segundo, en cuanto al liderazgo del Comando Central (COCE), no hay estructura criminal que tenga jefes veteranos y experimentados en toda Latinoamérica, se destaca que “con Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía, alias ‘Pablito’, el mando ganó un impulso significativo, beligerante, innovador y radical” (InSigth Crime, 2020, párr. 7). Tercero, referente a la influencia territorial, el ELN ha logrado infiltrarse con autoridades municipales, cobrando vacunas, incluso planteando escenarios de gobernanza paralela del territorio, llegando a aplicar la justicia. (InSigth Crime, 2020, párr. 23)
Lo que en ese momento se avizoró por parte de los analistas regionales en temas de seguridad se revalidó en febrero del 2020, al ser el único GAO capaz de paralizar vastas zonas del territorio, debido a su pie de fuerza de 4.000 efectivos tras realizar 27 acciones delictivas contra infraestructura crítica, bloqueos de vías y artefactos explosivos en Norte de Santander, Chocó, Bolívar y Cesar (InSigth Crime, 2020-2, párr. 2)
Lograr un impacto efectivo contra este GAO se hace complejo cuando cuenta con un aliado clave en el gobierno de Venezuela, ya que pueden actuar sin la preocupación de ser perseguidos, “los pasos fronterizos entre los dos países son un simple punto de chequeo por el que los miembros del grupo transitan sin mayor problema” (InSigth Crime, 2022, párr. 22).
¿Es el diálogo la forma más efectiva para contener al ELN?
Es un hecho que no hay grandes estímulos y mucho menos voluntad política para consolidar un escenario de diálogo con el ELN en la actualidad. Pese a ello, varios ejercicios académicos liderados por la Fundación Ideas para la Paz (FIP) establecen que sería un grave error resignar dicha posibilidad por los daños e impactos que recaen en la población civil.
En ese sentido, la FIP propone 5 ideas o estrategias orientadas a buscar una salida más allá del aparato militar a la problemática social y humanitaria ocasionada por este GAO. En primer lugar, se establece la necesidad del restablecimiento de la confianza entre las partes y del desescalamiento de las hostilidades contra comunidades y territorios. En segundo lugar, se resalta la necesidad de fortalecer la legitimidad institucional a partir de agendas sociales, así como solventar las necesidades básicas de la población en territorios con influencia marcada del ELN. En tercer lugar, se plantea con urgencia, el establecimiento de un viraje en la conducción de la política exterior y la diplomacia hacia Venezuela y el régimen de Nicolás Maduro, de modo que dicho país también emprenda acciones contra el accionar delictivo de este GAO. En cuarto lugar, el rol que desempeñan los países garantes no debe subestimarse, se deben buscar reestablecer estos espacios para que el ala radical de este GAO no siga ganando fuerza al interior de la estructura armada. Por último, en quinto lugar, se pone especial atención en la necesidad de identificar tanto posibles implicaciones, incentivos como escenarios prospectivos sobre una futura negociación con el ELN. (Llorente y Garzón, 2020, págs. 32-34)
Durante muchos años se ha intentado contener la influencia de los GAO a través de políticas públicas de carácter contrainsurgente, específicamente mediante estrategias de ‘corazones y mentes’ que han sido lideradas por las Fuerzas Militares en territorios periféricos, en donde muchas veces se termina confundiendo el modelo del enfoque y se distancia la teoría de la práctica (Palou, 2011, pág. 25). En virtud de lo anterior, es imperante resaltar la importancia del involucramiento y articulación de todas las entidades estatales en este tipo de procesos, de modo que se brinde un abordaje integral que genere confianza en este GAO, y se puedan reducir escenarios de incertidumbre frente al tiempo, impacto y alcance de estrategias no armadas en la lucha contra el ELN.
Reflexión final
Colombia afronta un escenario de disminución evidente de las condiciones de seguridad de sus ciudadanos, la violencia, las masacres, los asesinatos, los desplazamientos y confinamientos; así como el retorno de acciones amedrentadoras como los “paros armados” y los atentados explosivos generan riesgos latentes para la población civil.
Bajo este contexto, el ELN se constituye en un factor de desequilibrio y amenaza latente para los gobiernos de Colombia y Venezuela, debido a que encuentra en una etapa de fortalecimiento militar, adicionalmente, al estar vinculado directamente con el comercio de drogas, su capacidad económica es más robusta, estos factores han permitido afianzar y recuperar influencia en zonas estratégicas en los últimos años, generando un altísimo impacto humanitario en varias regiones del país.
Es un hecho que este GAO será uno de los principales retos para el futuro presidente de Colombia, al menos en lo que al sector seguridad se refiere. Es necesario y prioritario un cambio de enfoque, que “reconozca sus particularidades organizativas, tensiones internas y la manera como se relaciona con las comunidades en las zonas donde opera” (Llorente y Mantilla, 2022, párr. 7), para así disminuir los nocivos efectos que recaen sobre los territorios y comunidades.
ESCUELA DE ALTOS ESTUDIOS ESTRATEGICOS NUEVA GRANADA
Referencias
- El Nuevo Siglo. (2022). El “paro armado” del Eln. Editorial. El Nuevo Siglo. El “paro armado” del Eln | El Nuevo Siglo
- Fundación Ideas para la Paz. (2020). Inseguridad en el Catatumbo: el punto de la debilidad de la transformación territorial. Inseguridad en el Catatumbo: el punto débil de la transformación territorial · Siguiendo el Conflicto · FIP – Ideas para la Paz (ideaspaz.org)
- InSigth Crime. (2020). GameChangers 2019: los 10 principales grupos criminales de Latinoamérica. GameChangers 2019: los 10 principales grupos criminales de Latinoamérica (insightcrime.org)
- InSigth Crime. (2020-2). ELN muestra poder inédito al paralizar zonas en Colombia. ELN muestra poder inédito al paralizar zonas de Colombia (insightcrime.org)
- InSight Crime. (2021). Ejército de Liberación Nacional (ELN). Ejército de Liberación Nacional (ELN) (insightcrime.org)
- InSigth Crime (2022). El ELN se hace poderoso con un paro armado en Colombia. El ELN se hace poderoso con un paro armado en Colombia (insightcrime.org)
- Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos (IEGAP). (2021). Renacer del conflicto. Universidad Militar Nueva Granada. Bogotá D.C.: Editorial Neogranadina.
- Llorente, M. V. y Garzón, J.C. (2020). ¿Qué hacer con el ELN? Opciones ante una derrota militar lejana y un diálogo improbable. Notas Estratégicas 16. Fundación Ideas Para la Paz. FIP_NE_QuehacerELN_Final.pdf (ideaspaz.org)
- Llorente, M. V. y Mantilla, J. (2022). ¿Qué hacer con el ELN? La paz posible. El País. Colombia: ¿Qué hacer con el ELN? La paz posible | Opinión | EL PAÍS (elpais.com)
- Palou, J.C., Arias, G., y Barajas, C. (2011). Balance de la Política Nacional de Consolidación. Fundación Ideas para la Paz. Bogotá.
- Rozo, K. (2022). ELN: ¿Qué significa el ‘paro armado del ELN’?. Caracol Radio. Paro armado ELN: ELN: ¿Qué significa ‘paro armado del ELN’? | Nacional | Caracol Radio